El juego del angel, de Carlos Ruiz Zafón
No hace mucho os hablé del que para mí es el mejor libro que he leído: los Pilares de la Tierra de Ken Follet. Hoy me toca hablar de otro de mis favoritos: la Sombra del Viento, y del último libro que ha sacado su autor, Carlos Ruiz Zafón.
Cuando en su momento cayó en mis manos la Sombra del Viento, lo cogí con cierta aprensión. La historia, inicialmente, no me llamaba mucho la atención (no soy de libros de grandes dramas, y esa fue la primera impresión que tuve antes de comenzar su lectura), y además lo situaba en un periodo de la Historia española que, o bien se trataba con rigor, o bien podría caer fácilmente de un lado político: la época de la posguerra en Barcelona. Personalmente, siempre me han fastidiado las novelas que pretenden retratar periodos históricos pero lo hacen tan a la ligera que destrozan todo el libro.
Sin embargo, la mera introducción de aquel libro, el comienzo, ya se agarró a mi corazón desde la primera página. Y no fue capaz de soltarse hasta que no lo cerré. Reconozco que históricamente, el mayor error del libro es su lenguaje demasiado actual teniendo en cuenta que estaban en los años 40, pero la facilidad conque Ruiz Zafón nos pintó a los personajes y como ellos tomaban presencia en mi imaginación, me fascinó.
Aquel personaje fantástico de Fermín, tan sabio, pero tan irónico y tan injustamente tratado era la viva representación de la picaresca española, pero también de los que saben vivir con la filosofía propia de los que reciben muchos golpes en la vida. A través de las palabras de Fermín, no sólo Daniel, sino mucho de los lectores, creo que supieron encontrar un trasfondo y aplicarlo a algunas situaciones de nuestras propias vidas.
Por otro lado aquella historia de amor de Daniel, tan tierna e inocente, pero al mismo tiempo tan dura y solitaria en una época tan difícil, y narrada con un lenguaje tan fluido y sentimental, me consiguieron arrancar a veces gemidos de pena que salían de lo más profundo del pecho. Creo que los que vivimos aquel libro, lloramos y reimos con Daniel y nos transportamos a aquella época tan injusta y difícil.
Quizás de aquel libro, en cuanto al guión, le faltó desarrollar más una idea que parecía especialmente nostálgica, pero que se perdió con el paso de las páginas. Aquel mágico momento en que su padre llevó a Daniel al Cementerio de los Libros Olvidados, allá donde reposan todos aquellos libros que pocos conocen y nadie lee; allá donde miles de páginas escriben su propia historia y dejan en el olvido el corazón de sus autores. De aquel Cementerio de Libros, Daniel escogió el libro del que el chaval pretendió averiguar la trágica historia que escondía detrás.
Ahora, con el último libro de Carlos Ruiz Zafón, el Juego del Ángel, se rescata la idea del Cementerio de los Libros Olvidados en lo que promete ser otro relato magistral de amores, de intrigas y misterios, de sentimientos escritos con tinta en libros que quién sabe por qué, acaban perdidos en polvorientas estanterías.
Realmente lo malo que tiene Ruiz Zafón es que TODOS sus libros son iguales (o casi). Esta bien leerse uno o como mucho dos pero el tercero ya cansa, y además se convierten en predecibles.
Un saludo