La contaminacion en Canarias
En estos tiempos, en los que tanto se habla de maltrato y falta de respeto, mal trato a la mujer, a los hijos y a tantas cosas importantes, jamás se habla del maltrato a la tierra que nos sustenta y de la que recibimos tantos dones. En esta ocasión quiero hablarles del maltrato que en Canarias le damos a nuestra tierra, a muestro mar, al aire que respiramos, y al entorno que la naturaleza tan generosamente ha puesto en nuestras manos, pero no para degradarla y aniquilarla, sino para protegerla y conservarla lo mejor posible y en beneficio de todos.
Nuestro archipiélago está padeciendo toda clase de contaminaciones, empezando por el maltrato a nuestro mar. Estas aguas que nos rodean, y que no dejan de recibir constantes agresiones, tanto de los numerosos vertidos de hidrocarburos arrojados a nuestras aguas sin ningún reparo por el numeroso trafico marítimo de nuestras islas, como por los vertidos de aguas fecales que sin ninguna control vierten en nuestras costas toneladas de malolientes residuos humanos de los numerosos municipios costeros del archipiélago. Estos vertidos son denunciados continuamente por asociaciones de vecinos, y gentes que aman a esta tierra, pero muy pocas veces se corrigen estos atentados ecológicos, y el crimen se sigue cometiendo impunemente.
La contaminación del aire, sólo aliviada por los vientos alisios que con su fuerza benefactora nos libran de una parte importante de la contaminación del tráfico rodado, aunque la administración dice que no sobrepasamos los límites permitidos, eso no quiere decir que esos límites no tengan consecuencias dañinas para la salud. Si tenemos en cuenta que lo más vital para la vida es el aire, si lo que respiramos está un tanto por ciento envenenado, significa que aun así, ya estamos todos los canarios un «poquito envenenados».
Si le añadimos la contaminación que nos proporcionan muy a menudo las tormentas de arena que nos llegan del cercano continente africano, llenando nuestros pulmones de polvo y basura de Dios sabe que cosas pues entonces se disparan los límites. Claro que esta circunstancia es inevitable, las que nos indignan son las originadas por la irresponsabilidad y la desidia, tanto de nuestros políticos, como de los habitantes de esta tierra que piensan que el mar es la continuación de la cloaca de nuestras casas.
Otro tema candente y de actualidad en nuestro archipiélago es el problema del agua. Ya hace años que se viene advirtiendo a la población, del agotamiento de los acuíferos en canarias, sobre todo en la infraestructura turística. La demanda hotelera, con sus piscinas y jardines, donde el gasto de agua potable es escándalos e insostenible, unido a la proliferación de numeroso campos de Golf. Está poniendo al límite la reserva de aguas en canarias. Y para colmo de males las desaladoras de agua en Gran Canaria, que proveen a la provincia de una buena parte de la demanda para la población, están siendo cuestionadas en su funcionamiento por causa de la acumulación de flúor en su resultado final.
La alteración del paisaje isleño es un tema espinoso. La extracción de áridos en canarias está ligado directamente a la construcción. El picón o lapili de numeroso conos volcánicos, igual que la extracción de tierras en algunos lugares de las islas para el relleno de terrazas de cultivo en otros, ha producido en muchos municipios imágenes desoladoras que producen un fuerte impacto en los isleños. Pero como otras tantas actividades unidas al «progreso», están condenadas a seguir produciéndose en nuestra tierra. Y en este caso tenemos montañas por toda la geografía insular, mutiladas miserablemente por la extracción de elemento clave para la construcción de viviendas y hoteles en canarias.
No hay que olvidar tampoco los pesticidas, tan necesarios como dañinos para la saludo del hombre. En nuestros campos, los agricultores fumigan casi todos, las papas, las viñas, los frutales y demás cultivos. Y en esta tierra, cuando alguien pregunta ingenuamente… ¿esos pesticidas no hacen daño a la gente? Entonces el enterado de turno, que lo que busca es su propio beneficio, te contesta que de ninguna manera, que está todo bajo control.
Y yo me pregunto, como casi todos mis paisanos canarios, si viendo como esta nuestro entorno, y mientras nuestros políticos inauguran campos de golf, y planean más puertos deportivos, donde poder atracar sus lujosos catamaranes. Y como vemos cada día en nuestros periódicos isleños las continuas noticias de los escándalos de corrupción política, que podemos afirmar y afirmamos, que esa es la peor contaminación que padecemos en Canarias, la más dañina, porque si era estuviera limpia, limpiaríamos todas las demás.
Y no quiero terminar este doloroso artículo, porque para la mayoría de los canarios es muy doloroso ver como nuestros montes se queman, y jamás pillan al pirómano, como nuestras costas están llenas de basureros incontrolados, de vertederos descaradamente instalados produciendo en nuestras playas una desagradable nata de color parduzco con la que los turistas se ven obligados a confraternizar cuando se bañan. Es además vergonzoso, la imagen que damos es la de gente guarra, vivimos del turismo, y aunque la mayoría de los canarios somos cuidadoso y limpios, lo que se ve es lo contrario y contaminamos todo, las calles con la cacas de perros, las playas con las colillas del tabaco y creo que la lista no terminaría jamás.
¿Y saben lo más triste?… Pues que las soluciones son difíciles de llevar a cabo. Haberlas, haylas, como las Meigas en Galicia, empezando por la educación ciudadana, la regeneración política, el cambio de valores en nuestra sociedad de consumo, la toma de conciencia respecto al cuidado del medio ambiente, que en resumidas cuentas es como la casa en que vivimos, que la cuidamos con esmero por dentro, pero que el entorno es más importante aun porque nos relaciona con nuestros vecinos que son el resto del mundo.
