Cumbres borrascosas, de Emily Brontë
La única novela de la escritora británica Emily Brontë, hermana de la también aclamada Charlotte (quien, con posteridad, editaría una edición póstuma de esta obra), fue publicada bajo el pseudónimo de Ellis Bell y salió a la luz en el año 1847 por vez primera.
Situada en los sombríos y desolados páramos de Yorkshire (Inglaterra), “Cumbres borrascosas” es un vital reflejo de las pasiones humanas, del amor, la obsesión y la venganza. Una de las curiosidades que encierra la novela es que, aunque la existencia de la autora fue del todo apacible y vivió prácticamente recluida junto a sus hermanas en Haworth, fuese capaz de crear una historia de amor tan pasional como ésta, donde los personajes se dejan llevar por los instintos y se asemejan más a fuerzas de la naturaleza que a personas reflexivas.
A este respecto, y aunque en nuestros días está considerada como uno de los grandes hitos de la Literatura universal, habiendo adquirido incluso el título de “clásico”, recibió una acogida inicial bastante fría debido a varios elementos: en primer lugar, su estructura y composición innovadoras que muchos expertos ha comparado a la del mecanismo de las muñecas rusas de Matrioska y que desorientó por completo a los críticos de la época.
En segundo lugar la apasionada relación que mantienen sus protagonistas, Catherine y Heathcliff, rompió por completo con los cánones del decoro que la Inglaterra victoriana exigía a toda novela, tanto en el tema escogido como en la descripción de los personajes. Del mismo modo, la fuerza de su lenguaje narrativo acabó por convertirla en una de las obras más perdurables e influyentes de la Historia de la Literatura.
Considerada por muchos como la mejor historia de amor de todos los tiempos, las adaptaciones tanto al cine y al teatro como a la televisión hayan sido innumerables a lo largo del pasado siglo XX.
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