El Mensajero Sideral, de Galileo Galilei
El Mensajero Sideral (Siderius Nuncius) es uno de los libros más importantes dentro de la literatura universal, y pese a que apenas contiene unas 30 páginas, los acontecimientos y descubrimientos que se relatan en él ocasionaron una auténtica (y bastante lenta) revolución científica. También hay que recordar que su publicación le costó más de un problema a su escritor, Galileo Galilei, quien se ganó la enemistad de la Iglesia simplemente por contar lo que había observado a través de su pequeño telescopio.
El libro fue publicado en Venecia en el año 1610, y en sus páginas se relatan los primeros esbozos de los valles lunares, de los cuatro satélites mayores que orbitan alrededor de Júpiter y de las agrupaciones de estrellas que forman la vía láctea. Todos estos descubrimientos fueron descritos con precisión, o al menos con toda la precisión que permitía su primitivo instrumento para escrutar el cielo, y tal fue el éxito de su libro que se llegó a leer incluso en la lejana China.
Una curiosidad del libro es que contiene varios dibujos realizados a mano por Galileo, en los que retrata la superficie lunar, las fases de venus, e incluso la posición de los satélites jovianos en diferentes momentos de su ciclo. También fue el primero en percatarse de que Saturno tenía anillos, y en sus dibujos quedó esto reflejado.
Resultó inevitable que sus descubrimientos terminasen por romper algún dogma de la Iglesia y del concepto del Sistema Solar de Ptolomeo (con la Tierra en el centro), como ocurrió con el descubrimiento de Venus. Debido a que Galileo comenzó a desdeñar el sistema tolemaico (apoyado por la iglesia) en favor del ideado por Copérnico (con el Sol en el centro), sólo pasaron cinco años para que una comisión designada por el Papa Pablo V le declarase como hereje. La comisión, formada por 11 teólogos sin idea de ciencia, estimó que las «ideas» de Galileo iban en contra de las sagradas escrituras, por lo que el científico y astrónomo se vio obligado a pasar el resto de sus días bajo arresto domiciliario.
La publicación de su libro fue prohibida en muchos países, y muchos ejemplares fueron a parar a la hoguera, aunque afortunadamente no se perdió en el olvido, y hoy en día está al alcance de todos.
Foto vía: enroquedeciencia