Definición de las Lenguas Romances
Se conoce como lenguas romances o románicas a las provenientes de latín común, empleado por los habitantes de la antigua Roma Imperial, claramente diferenciado del latín clásico y literario. Este latín común ya contaba con varios dialectos, repartidos a lo ancho y largo de los territorios imperiales, y con el paso del tiempo estos dialectos comienzan a diferenciarse entre sí y dieron origen a las lenguas romances.
Las principales lenguas romances que surgieron del latín son: Castellano, Catalán, Gallego-Portugués, Francés, Italiano, Sardo, Rumano y Provenzal, a las que se suman las incluidas en la rama indoeuropea. Aunque se conoce cerca de una veintena de estas lenguas, su uso está amenazado en algunas regiones, aunque apenas la mitad se siguen utilizando de manera habitual.
La dominación latina de la Península Ibérica fue terminando con diversas lenguas e imponiéndose a ellas, y el Castellano surgió en la zona cantábrica para extenderse después con la expansión de los reinos de Castilla y León. El Gallego y el Portugués surgieron en la zona norte del Duero, y el Catalán nace en la región oriental de los Pirineos. Los dos primeros trabajos literarios que se hicieron en Castellano son el Cantar del Mío Cid y la Representación de los Reyes Magos.
En el caso de otras lenguas, en Francia convivieron durante la Edad Media el «oïl» que se hablaba en el norte de Francia y el «oc», y en el caso del Italiano se la puede considerar como la que más rasgos del latín ha conservado a través de los siglos. Los criterios para clasificar las diferentes lenguas romances se basan más en función a su estructura que a la zona geográfica donde se hablan, y éstas se encuentran englobadas en nueve grupos diferentes, cada uno de los cuales incluye varios dialectos.
Estos grupos son: Lenguas iberorromances, Lengua italiana, Lengua dalmática, Lenguas galgorromances, Lengua francoprovenzal, Lenguas occitanorromances, Lenguas retoromances, Lengua rumana y Lengua sarda.
Foto vía: enciclopedialatina